A ver, cómo les explico…

En una artículo anterior que titule «Resiliencia… la capacidad de construir felicidad y destino» ( http://dinasemsch.com/?p=638 por si quieren leerlo) les explicaba en que consiste la Resiliencia y dos formas en las que pueden empezar a ejercitar, ya que es como un musculo.

Pero partiré asumiendo de que no todos han leído la publicación que les mencione, así que para empezar y de forma breve partamos de la pregunta que se están haciendo muchos de Uds… ¿Qué es Resil… Resilen… Resinc… Resiliencia? Yo se que el termino requiere practica para pronunciarlo por tanta «i» junta, pero vale la pena aprenderlo y ejercerlo.

El termino Resiliencia, en Psicología, hace referencia a la capacidad que tiene una persona de pasar por situaciones dolorosas, circunstancias adversas, perdidas, entre otras; pero haciendo uso de nuestra capacidad de sobreponernos a situaciones adversas o eventos traumáticos, pero no solo eso, si no hacerlo de la forma más efectiva, con el menor costo posible y, al final, aprendiendo de estos eventos lecciones que podemos utilizar en otras ocasiones.

Sin embargo, este termino y su definición, suele prestarse a varios malos entendidos, y precisamente ese es el porque de este artículo, en el cual les voy a contar de forma bien puntual que NO es Resiliencia.

Empecemos…

  1. Resiliencia NO es soportar.  Muchos piensan que ser resiliente implica quedarse lo suficiente para que la situación pase, y ya que estás ahí soportarlo hasta el último minuto… ¡eso no es Resiliencia! ¿Por qué? pues porque soportar ni siquiera es opcional, o a Ud. alguna vez la Vida se ha detenido a preguntarle ¿Crees que ya fue mucho de esta situación?, ¿Qué programamos: 2 días de dolor o crees que es mucho para ti?… ¡Verdad que no! Soportar es algo que todos hacemos simplemente porque no nos queda opción y aún el hecho de quedarnos en un situación no quiere necesariamente que lo estemos haciendo bien.  Resiliencia es la capacidad de «afrontar», en vez de soportar, tomando las cosas de frente, haciéndonos cargo de las decisiones que están en nuestras manos, dejando de esperar que las cosas sea perfecta, enfocándonos en buscar soluciones en vez de más problemas mientras dure y de paso tomar nota en el transcurso sobre la lección que nos brinda la situación.
  2. Resiliencia NO es no sentir miedo.  Yo no entiendo de donde hemos sacado la idea de que «ser valiente es no tener miedo» y, por ende, la gente resiliente «como es valiente no siente miedo».  Esto es absurdo, deténgase y piénselo un momento, si no sintiéramos miedo ¿para qué se supone que tendríamos que ser valientes?, precisamente el primer requisito para ser valientes es sentir miedo.  El miedo es información, nos avisa que algo nos amenaza, que estamos frente algo que consideramos importante, que estamos a punto de dar un paso en el que así como podemos perder mucho también (en exacta proporción) podemos ganar mucho.  Precisamente las personas resilientes no se detienen a negar que sienten miedo, lo reconocen, toman la información que les provee, pero deciden ser valientes, dejando que el miedo no los paralice.
  3. Resiliencia NO es poner cara de que no pasa nada. La gente que decide ejercitar la Resiliencia es un mortal más, que se ha hecho muy resistente, sumamente capaz de aprender, quien se adapta rápidamente, pero al final un mortal más.  Así que los resilientes no están exentos de tener sentimiento o emociones negativas, la diferencia radica en que son capaces de comprender la información que esto les brinda, los resuelven y canalizar de la mejor forma y con responsabilidad.  Esto implica que en vez de estar preocupados por «poner cara de que todo está bien» o de que «los demás no noten los malos momentos», hacen el trabajo desde adentro, lo que les preocupa no es la pinta, si no lo que les da esa pinta y eso es lo que se enfocan en resolver.
  4. Resiliencia NO es pensar que todo es bueno. La gente cree que ser resiliente implica agradecer todo lo que nos ocurre, ya que lo vemos como una ocasión para aprender una lección, y claro que ¡NO ES ASÍ!.  Se imaginan a alguien agradeciendo que le caiga un rayo, otro agradeciendo al recibir el diagnostico de una enfermedad que nadie quiere tener; me refiero a agradecerla genuinamente, esto no pasa.  Las personas resilientes también se quejan, también consideran a las malas noticias como malas noticias, también dicen «por qué a mi», el punto es que nada de eso los detiene, son perfectamente capaces de saber que están viviendo una situación que no quisieran vivir, que la situación en la que están es adversa, pero están dispuestos a
  5. Resiliencia NO es ser positivo. No es ver todo color rosa, no es solo ver lo bueno, es ser R-E-A-L-I-S-T-A, lo cual implica ver de forma más objetiva lo que nos sucede, para lo que es necesario enterarnos de las cosas malas que nos ocurren en el día, pero también aprender a poner atención a lo bueno que nos ocurre, que también nos pasan varias cosas buenas al día o que por lo menos deberíamos agradecer dentro del caos.

Así que ya sabe, si Ud quiere adquirir la capacidad de generar destino y felicidad, la Resiliencia es la formula, pero la Resiliencia bien entendida.