A ver, como les explico…
…es la gente agradecida la que está feliz.
Hace unos días estaba platicando con un par de personas y me di cuenta, que a medida que vamos avanzando en edad, las conversaciones, cada vez más, tienen un graaaaan «segmento dedicado a la salud», y que los involucrados que van soltando sus Boletines Informativos de Ultima Hora se vuelven sumamente competitivo, porque «lo mio es más grave», o «yo tomo más pastillas» o yo «gaste más la última vez».
Yo nunca he sido muy fan del tema, usualmente no hablo de mi salud, desde mi punto de vista lo que tengas, ni se quita, ni mejora en base al número de personas que se enteren. Por otro lado nunca he sido de quejas constantes, a pesar de que dice mi esposo que se ha comprobado que cuando uno grita aguanta por más tiempo el dolor, pues yo más que gritar para aguantar, voy y me tomo algo para que se me quite. De igual forma… No soy muy inclinada por este tema, así que luego de unos diez minutos, que me pareció que ya contaban como «cortesía», decidí cambiar el tópico así que saltamos a la economía a «cómo esta de caro», «a que si ha subido y seguira subiendo», «a que si ya no alcanza», etc, etc, etc.
Justo en ese momento me di cuenta de que tanto nos quejamos, de que tanto renegamos, que tanto tiempo nos detenemos a reflexionar sobre lo que no nos gusta, lo que no tenemos, lo que está torcido o sucio, lo que debería ser de tal o cual forma. Entonces mis preguntas son: ¿Pero es qué no a todos nos pasa algo bueno en el día?, ¿No todos tenemos algo que agradecer?, ¿Que no sea como yo quería necesariamente hace que sea malo? Y empece a darle vueltas a la idea, claro en lo que los demás seguían hablando de economía y yo poniendo cara de inteligencia.
Me di cuenta que tal vez, mi trabajo hace que me gusten mis problemas! No, no soy Masoquista, y ¡Si! si tengo problemas como cualquier mortal, el punto es que cuando uno esta expuesto a otras realidades se le quitan las ganas de quejarse, porque sabes que podría ser peor y que podrías tener menos de lo que ahora tenes.
Por un momento pensé «es que yo tengo buena salud»… Me detuve y dije si pero no del todo, desde mis 8 años tengo problemas de espalda, que a mis treinta y que les importa no han mejorado, tengo dos vertebras giradas, el espacio intervertebral reducido, por ende ocasionalmente me presionan el nervio ciatico y, si me enojo demasiado, me dan espasmos que pueden llegar hasta hacerme minuta la vertebra; pero eso me ha hecho tan fantástica para caminar en tacones sin perder el equilibrio, además me enseño a no enojarme (a menos que logre adquirir un super poder que me permita hacerle minutas las vertebras al que ocasiona mi enojo, no vale la pena) y me mantiene haciendo ejercicio, a pesar que detesto hacer ejercicio, detesto más el dolor de espalda que me da si no hago ejercicio.
Así seguí por un rato, dándole vueltas a la idea, en lo que en el Mundo Exterior seguían con el tema de «lo que han engordado los últimos dos meses» y pensé ¿pero bueno y eso no se agradece? ¡Que fantástico que el super este caro, que los precios suban y todavía podemos engordar! Y me consta que eso no pasa por masticar el aire.
Entonces en resumidas cuentas, ¿no sería beneficioso para todos agradecer en vez de quejarnos?, ¿no contribuiría a nuestra felicidad?, ¿no nos abriría más los ojos a la desgracia ajena y, al rato hasta, sentiríamos la necesidad imperante de ayudar al darnos cuenta de todo lo que nosotros tenemos?
A partir de todo esto decidí…
- Si me enfermo, voy a agradecer poder ir donde el medico que yo elija, poder comprar el tratamiento o cualquier cosa que pueda hacer al respecto.
- Cuando me falte algo, agradeceré poder quererlo, saber que si me esfuerzo puedo alcanzarlo y daré gracias por todo lo que ya logre.
- El tener que dedicar tiempo a ordenar mi casa el fin de semana, quiere decir que tengo casa.
- Que si tengo que pagar por algo que me resulta caro, pues que bueno que tengo el dinero para hacerlo.
- Si hay días en que quiero salir corriendo de tanto trabajo pues que bueno! significa que tengo trabajo por hacer y del cual vivir.
- Cuando llegue a la casa y encuentre vasos sucios sin llevar a la cocina daré gracias porque eso significa que por ahí está mi esposo, que no se ha dado a la fuga.
- Al ir enmedio del trafico daré las gracias por ir en carro, en vez de tener que caminar o esperar el bus.
- Y de ahora adelante daré las gracias por todos esas conversaciones que siguen sin interesarme y en las que me veo en la necesidad de participar, ¡porque me dan tiempo para pensar!
P.D.: Si, si… a vos guapetón ¡igual te voy a pedir que lleves los vasos a la cocina que no tienen porque estar tirados en todos lados!