A ver, cómo les explico…
Muchas personas confunden una obsesión con amor y esto deriva en relaciones no sanas, que terminan generando consecuencias para los involucrados. Pero, partamos de definir cómo define la psicología una obsesiones, la cual hace referencia «tener una idea fija», algo que constantemente recurre a nuestra mente, muchas veces sin siquiera tener la necesidad de proponernoslo. En el caso de las obsesiones amorosas, las personas que las padecen tienen a la otra persona, quien es el objeto de su obsesión, como una idea fija, o ideas muy relacionadas a esta persona, donde él o ella tienden a ser el centro en torno al que giran los demás elementos.
Una de las características importante de las obsesiones amorosas, es que las personas que las sufren tienden a enamorarse de alguien que no existe en la vida real, si no solo en su cabeza, ya que suele sobredimensionar todas las cualidades o características deseables que la persona objeto de su obsesión tenga, hasta el punto de construir a está persona que habita en su imaginación y que poco tiene que ver con la que realmente existe. Además, este amor obsesivo es irracional y tienden a generar malestar en las personas.
Las personas que padecen de obsesiones amorosas tienden a ser celoso, tienen una imperante necesidad de control sobre el otro y por más que logran controlar muchas áreas de la vida de su pareja siempre quieren más, sienten que no es suficiente; son sumamente desconfiados y eso puede llegar a generar hasta conductas agresivas, si la otra personas decide terminar la relación el que sufre la obsesión no es capaz de comprender, tampoco entienden si las personas que los rodean les explican lo nociva que les parece la relación o recomiendan que terminen.
Como cualquier otra persona que sufre obsesiones, sin importar cual sea el contenido de estas, tienden a generar compulsiones que sirven para disminuir y detener por un momento la ansiedad que le generan las ideas constantes (obsesiones). Como ejemplos de estas conductas o compulsiones tenemos las llamadas constantes al teléfono, sobre todo en situaciones donde la ansiedad puede incrementar como cuando no se les contesta la llamada inmediatamente; seguir a la pareja, supervisar constantemente su forma de vestir, de maquillarse, de arreglarse; prohibir cualquier amistad con el sexo opuesto, exigir un reporte de todo lo hecho en el día, etc.
Usualmente no es un hecho que desencadena una obsesión amorosa; sí en ocasiones sucede que debido a una mala experiencia como infidelidad o decepción amorosa que implica mentiras, las personas pueden tener conductas para tratar de controlar la situación y erradamente basar la confianza en la otra persona en el control que «creen» tener sobre sus acciones o decisiones, sin embargo esto suele o terminar, ceder o las personas son conscientes de este tipo de conductas y buscan ayuda.
Las personas que terminan involucradas en una obsesión amorosa suele ser más por factores de personalidad. Quienes padecen de obsesiones amorosas tienden a ser personas dependientes, en su mayoría ansiosas y esto a su vez suele cohabitar con cierto grado de depresión, son personas que muchas veces buscan constantemente tener el control, ser reconocidas por lo demás de una manera poco sana, tienden a basar su sensación de seguridad en la cantidad de control que creen tener sobre las situaciones y las personas que los rodean, en su mayoría son pasivo-agresivos, además suelen causar comportamiento autodestructivos y distorsión de la realidad.
Las obsesiones amorosas no tienen nada que ver con el genero, se puede presentar tanto en hombre como en mujeres, sin embargo por cuestiones culturales y asociadas a la crianza suelen manifestarse en forma diferente en hombre y en mujeres.
Para resolver las obsesiones amorosas y garantizar efectos que no sean pasajeros, deben tratarse los elementos de personalidad que generan este tipo de obsesiones. En las mujeres, por cuestiones culturales que caracterizan a nuestra sociedad, es más fácil que las personas que las rodean suelan denominarlas como «obsesivas», «dependientes», «sumisas», «con necesidad de sobreprotección»; y todos estos términos hacer referencia a una mujer con una obsesión amorosas; en el caso de los hombres se suelen denominar como «controladores», «dominantes», «con su carácter», hasta «protectores» y todos estos términos hacer referencia a un hombre con obsesión amorosa.
El problema de la obsesión amorosa, no es diferente al que se puede presentar a corto y largo plazo con cualquier obsesión, y es que las obsesión amorosa afecta las otras áreas de la vida a quien la sufre, empieza a interferir con su trabajo hasta el punto de poner su puesto en peligro, la personas se aísla o pierde sus amistades y suele suceder lo mismo con la familia; toda la vida de quien sufre la obsesión amorosa empieza a ser tan orquestada alrededor de quien es objeto de su obsesión que genera muchísimo malestar en ambas personas. En muchas ocasiones también mas personas que sufren de una obsesión amorosa tienden a desarrollar conductas sumamente autodestructivas.
Cualquier tipo de obsesión amorosa interfiere en la capacidad de la persona de llevar una vida sana, feliz, en paz; y lleva a relaciones amorosas nada saludables.