A ver, cómo les explico…
Estamos en Mayo y este mes es dedicado a la Concientización sobre la Salud Mental, donde se busca promover la misma, así como combatir el estigma social que conllevan las enfermedades y trastornos mentales. Precisamente es en este mes que se incentiva a las personas que han sufrido situaciones relacionadas a la Salud Mental a hablar sobre sus historias, sus vidas con una enfermedad mental o trastorno, con el objetivo de rompe las percepciones erróneas y actitudes negativas que existen.
Todos hemos escuchado hablar sobre la importancia de la Salud Mental, pero creo que al parece algo no tangible a muchas personas se les dificulta definir que implica, las consecuencias de tener una buena o mala Salud Mental y, por ende, al no entender a ciencia cierta de que estamos hablando se vuelve casi imposible pretender cuidarla o cultivarla.
La salud mental el estado de bienestar mental, emocional y social, el cual configura la forma en la que percibimos nuestro entorno y nuestra reacción ante el mismo. Incluye también los recursos con lo que contamos, de forma consciente, para manejar y resolver el estrés, las adversidades, los desastres; nuestras habilidades para relacionarnos efectivamente con otras personas, así como nuestra toma y ejecución de decisiones.
Es precisamente la Salud Mental, la que nos hace individuos funcionales en las áreas que conforman nuestra vida (familiar, laboral, social, etc) y a la vez nos permite ser personas que suman a la sociedad, que son parte productiva de la misma. Cuando no existe salud mental las personas, que al final son quienes conforman la sociedad, son incapaces de contribuir a la misma, lo cual deriva en toda una serie de problemas sociales.
Para determinar el estado de nuestra Salud Mental existe toda una serie de cuestionarios, test, escalas, sin embargo, estos deben ser realizados por un profesional en la Salud Mental (Psicólogo o Psiquiatra). Sin embargo, creo que cuando tenemos situaciones como depresión o ansiedad, que actualmente son las más frecuentes que aquejan a la sociedad, estas empiezan a tener repercusiones en nuestro día a día, esto implica nuestra familiar, nuestro desempeño laboral, nuestro sueño, aún nuestra salud física; por lo tanto cuando nuestro rendimiento o desempeño en estas áreas se altera, así como nuestro estado de ánimo, manejo del estrés, tolerancia a la frustración, atención, y no existe ninguna causa física, pueden tomarse como indicadores de que existe un desequilibrio en nuestra Salud Mental.
El próximo miércoles les platico sobre qué hacer para mejorar su Salud Mental, así que ¡pendientes!