A ver como les explico…
Hace poco regrese de viaje y me llamo la atención que la mayoria de las personas, al enterarse que estaría fuera varios días lo primero que preguntaban era si iba a tomar algún curso, algún diplomado, etc.
Al principio respondí con naturalidad que no, que solo salía de viaje, por lo que vi en sus caras, no entendían el punto y casi siempre continuaban con la pregunta «pero y a qué va entonces?» Ahí fue cuando empece a considerar que tal vez mis planes eran extremadamente mundanos, que debía haber algo más espiritual como propósito, que debía elevar mis razones y bla, bla, bla. Pero como siempre, hice lo que mejor me sale «Ser Yo!», así que seguí con mis razones poco etéreas para ir de viaje, sin tomar prestadas las de nadie.
En el momento me vi en la necesidad de reflexionar sobre mis tan mundanas razones, saque cuentas y tome nota. Empecé por lo básico, porque tengo la necesidad de viajar? Eso es fácil! no tengo la práctica de quedarme mucho tiempo en el mismo lugar y ahora que resido en el mismo punto geográfico tengo que viajar cada cierto tiempo, creo que a estas alturas es un hábito y un catalizador; además tengo la firme creencia de que estar demasiado tiempo en el mismo lugar te hace incapaz de comprender nuevas cosas, siento que es bueno que otras realidades nos confundan de vez en cuando, ya que cuando lo resolvemos es como si encontraramos otro pedacito de nosotros mismos.
Y bueno, fue así como llegue a la razón más importante, por lo menos para mí, y es que al fin y al cabo ¿no se trata de eso la vida? De ir por ahí aprendiendo lecciones, eso la convierte en todo un curso, donde en muchos casos tenemos materias optativas y otras que no interesa si queremos recibir o no, ¿que seriamos si no tenemos la capacidad de aprender, que mejor lugar que la vida real?.
Me propuse que al final del viaje resumiría mis lecciones, que las escribiría, tal vez hasta le sirven a alguien más. Así que aquí estoy, ya fui, ya regrese, ya tome mi curso y aprendi que:
1. Jetlag es eso que te da después de perseguir el atardecer por tres horas consecutivas, pero el espectáculo ¡vale la pena!
2. Que es un hecho: el Mundo es redondo y al paso que vamos ojala y también rebote.
3. Siempre hay crisis y hablar de crisis: ¡Da crisis! A pesar de esto es increíble la cantidad de tiempo que todos dedicamos a señalar que es lo que no estamos haciendo para solucionarlo, o quién seguramente tiene la culpa, cuanto durará y si estaremos ahí para verlo; y son tan pocos los que se detienen a pensar que pueden hacer ellos, cómo resolver lo que si tienen entre manos, si tan siquiera fueramos capaces de destinar toda esa energía de quejas y sugerencias para los demás en buscar soluciones que nosotros pudieramos ejecutar pues seguramente no ten… No, no, iba a decir que no tendríamos crisis pero siempre hay, ¡pero probablemente sería una por exceso de soluciones y propuesta efectivas!
4. La relatividad es tan absoluta que nuestro Norte depende de que tal al Sur consideremos que estamos parados, que cuando empezamos a sufrir porque el lunes empieza en otro están agradeciendo que ya termino, que todos somos extranjeros a los ojos de alguien mas.
5. La diarrea del viajero no existe, lo que tenemos es mala flora del turista.
6. Somos ese huésped mal educado y nada agradecido del Mundo, que con el tiempo se le olvida que solamente es un invitado y que debe dejar todo igual o mejor de lo que se le entrego.
7. No hay un lugar en el Planeta donde no haya peligro, es algo que no podemos controlar, sin embargo me dí cuenta que no es eso lo que nos paraliza, lo que nos hace encerrarnos: es el miedo y ese si lo podemos controlar.
8. Me di cuenta que ningún momento se repite, ni buenos ni malos, que debemos estar ahí para vivirlos, que siempre pasan, que debemos aprender a enojarnos menos, a reirnos más.
9. Que en vez de estar buscando realidades más bonitas, deberiamos encargarnos de hacer nuestra realidad más bonita.