A ver, cómo les explico…
Hoy les voy a platicar sobre la relación entre las relaciones tóxicas y el «Síndrome de Estocolmo», ¡si, así como lo leen! a medida vayan avanzando en esta publicación irán entendiendo la relación.
Empecemos por el principio y es determinando en qué consiste el Síndrome de Estocolmo, el cual hace referencia a cuando una victima se identifica con su agresor, generando un lazo emocional con él y hasta sintiéndose responsable o culpable de las agresiones recibidas, esto a la vez se combina con el agradecimiento de haber salido con vida de ciertas situaciones o aún con menores daños de los estimados. Este Síndrome es una especie de mecanismo de defensa, que puede aparecer en ciertas personas cuando sus cerebros detectan estar en situaciones donde perciben carencia de control.
En un inicio Síndrome de Estocolmo fue estudiado en victimas de secuestros, para tratar de explicar las relaciones que muchas veces se establecían entre el secuestrado y secuestrado, sin embargo, este mismo Síndrome se presenta en las relaciones toxicas, donde entre otras cosas existen maltratos de diversos tipos.
Tomando en cuenta lo que ya le menciones, aquí es cuando pasamos a la parte de por qué a alguien le cuesta, muchas veces, estar consciente de que se encuentra en una relación toxica, ya que como mencione , el Síndrome de Estocolmo es un mecanismo de defensa y puede llevar a quien lo padece a tener una percepción alterada de la realidad, en la cual se siente responsable o culpable por las agresiones que recibe. No debemos olvidar que las agresiones o abusos no empiezan de la noche a la mañana, si no que los anteceden toda una serie de mecanismos, entre ellos la manipulación, el aislamiento sistemático, las represalias que hacen que muchos poco a poco, muchas veces sin darse cuenta, cedan el control sobre todo paulatinamente, entre otras cosas y esto hace que las personas vayan dudando hasta de los hechos de los que fueron testigos, de la secuencia de los mismos. Una de las claves que activa este mecanismo de defensa, es sentirse carentes de todo control dentro de la situación con su pareja, a pesar de que esto realmente no es así, son precisamente quienes están tomando decisiones, ya sea de ceder el control, quedarse en la situación, responsabilizarse, etc.
Así que, resumiendo, no es el amor como se suele atribuir el que ciega a una persona para darse cuenta que se encuentra en una relación tóxica, los responsables son la culpa, la percepción distorsionada de la situación, el creerse carente de opciones, la “sensación” de carencia de control y la justificación constante de las acciones de quien lleva a cabo el abuso.
Muchas de estas personas (que se encuentran en una relación tóxica) además suelen a tener recuerdos selectivos, tienden a magnificar los buenos momentos y a negar o minimizar los malos.
Para empezar a adquirir consciencia de la relación en la que nos encontramos, de si es tóxica o no,lLo primero es “tener el recuerdo completo”, esto implica no recordar solo una parte (que suele ser la buena) si no recordar toda la escena, además de los factores circundantes de la misma, por ejemplo: en vez de recordar solo cuando estábamos acurrucados en el sofá viendo una película, recordar que antes de la película hubo una pelea espantosa e innecesaria sobre qué película ver, que termino Ud cediendo por miedo a la reacción de él o ella, que luego lo dejo a media película porque Ud no quiso irle a hacer la cena en el momento que le dio la gana y a raíz de esto empezó a humillarla. Pero, si aclaro, en este caso si es necesario buscar ayuda psicológica, ya que es tratable con terapia.
Para resolver el Síndrome de Estocolmo y por ende salir de una relación tóxica, pueden empezar a hacer ciertas cosas como tomar consciencia de la misma por medio del recuerdo completo que ya les mencione, pero las personas que sufren del Síndrome de Estocolmo deben ser tratadados por un Psicólogo para sanar su autoestima, romper ciertos esquemas de pensamiento que han ido adoptando, tratar los sentimientos de culpa, retomar el control, tener un marco de referencia que les permita rectificar su percepción, entre otros aspectos.