A ver, cómo les explico…

Considero que a la mayoría nos ocurre que tenemos un abuelo, abuela, papá, mamá, tíos o cualquier otra ser querido que poco a poco ha ido llegando a una edad donde implica muchos cambios, empiezan a depender más de nosotros, su salud ya no es la de antes, parece misión imposible motivarlos o alegrarlos, ansiedad, falta de energía o sensación constante de cansancio, entre otras cosas.  Precisamente de esto es lo que les quiero platicar hoy, sobre la Depresión en el adulto mayor, que lamentablemente es bastante común, llegando a afectar a toda la familia y a ser doloroso, así como frustrante para sus seres queridos, quienes tratan de ayudar, sin saber cómo hacerlo.

Quisiera partir de definir a quien me refiero con adulto mayor de aquí en adelante.  Se considera adulto mayor a una persona que ha cumplido sus 65 años, de esa edad en adelante.   Actualmente dado a todos los avances que tenemos en medicina y la información que tenemos sobre cómo mejorar nuestra calidad de vida, esta etapa se ha subdividido en dos:

  1. Etapa temprana: en la cual el adulto mayor es bastante funcional, activo.
  2. Etapa avanzada: que es cuando aumentan las probabilidades del adulto mayor de requerir asistencia en alguna medida o que sus familiares estén más pendientes de sus necesidades.

Ahora que estamos en la misma en el mismo canal cuando hablamos del adulto mayor, les defino en qué consiste una depresión.  La depresión consiste en la presencia casi diaria, durante por lo menos 2 semanas de tristeza, incapacidad de sentir placer o alegría por cosas cotidianas que antes lo provocaban, aumento o disminución del apetito, aumento o disminución del sueño, si la persona se nota agitada o por el contrario sus movimientos son más lentos de lo normal, se queda de sentirse constantemente cansado sin necesidad de haber hecho mayor actividad física, problemas para concentrarse o para tomar decisiones, además pueden presentarse ideas referentes a morir o al suicidio.

Sin embargo, psicológicamente la vejez no necesariamente llega a la misma edad para todos.  No considero que hay una edad en la que nos sabemos viejos, pero si creo que empezamos a percibir la vejez en base a las limitaciones o retos que se nos van presentando por el decremento de nuestras facultades.  Creo que la mayoría de personas empiezan a percibir la vejez cuando se dan cuenta de limitaciones que han surgido, de cosas que antes podían hacer con facilidad y ahora no, de cierto nivel de perdida de independencia, el surgimiento de nuevas preocupaciones, los problemas de salud que pueden presentarse, entre otros.

Realmente no existen parámetros que apliquen en todos los casos de como funciona la vida en la vejez, ya que hay toda una serie de variable involucradas en la calidad de vida que alguien puede llegar a tener en la vejez, por ejemplo: a red de apoyo con la que cuentan, sean estos familiares o amigos; las condiciones en las que se ven en la necesidad de vivir, las posibilidades que tiene de que sus necesidades sean atendidas o que tan limitantes se pueden volver estas mismas, la soledad y/o aislamiento en la que se ven inmersos.

Además, tiene que ver muchísimo la personalidad de cada uno, para enfrentar la adversidad y aceptar los cambios que son parte de esta edad.

Hay ciertos factores que pueden provocar una depresión en el adulto mayor.  Como mencione anteriormente es importante tomar en cuenta la personalidad, así como los recursos que tiene cada adulto mayor para afrontar los retos que plantea esta etapa.  No debemos dejar de lado las limitaciones financieras que se pueden presentar en esta edad.

Puede existir cierta sensación de pérdida de control sobre sus vidas, ya que sus sentidos (vista, oído, olfato, etc) pueden verse disminuidos.

Sin embargo, los cambios que relacionados con sus capacidades que surgen, el aislamiento y/o soledad suele generar depresión, también el no tener los medios para recibir la ayuda que necesitan en esta etapa, ya sea de familiares o asistencia profesional de enfermeras; el declive de la salud, el deterioro mental que se puede experimentar, el deterioro físico, son las causas más comunes de depresión en esta etapa de la vida.

Para enfrentar estos factores, parte de las medidas que se pueden tomar al respecto es consultar médicos especialistas para poder afrontar o tener información sobre causas y tratamiento de cualquier enfermedad que se pueda presentar.

Otro factor importante es tratar de comprender y respetar las preferencias o características de personalidad de cada adulto mayor, ya que partiendo de estas será más fácil encontrar soluciones realmente efectivas.

Además, una de los aspectos que sufre consecuencias en esta etapa es la autoestima, por lo que debe aprender a ser bastante diplomático y efectivo al comunicarse, para no hacer sentir al adulto mayor que es una carga, o que la ayuda que recibe se realiza por obligación, tampoco hacerlo sentir más inadecuando de lo que ya se siente ante las dificultades cotidianas que se le pueden ir presentando.  Debe tratar de ser sumamente empático.

Una de las cosas que logra hacer una diferencia sustancial es el contar con relaciones interpersonales significativas, de calidad más que de cantidad, ya que esto disminuye la sensación de soledad o aislamiento.

Muchos estudios han concluido que la depresión no solo va en contra de la calidad de vida del adulto mayor, sino que también acorta su vida, ya que tiene muchas consecuencias físicas, se relaciona con la obesidad, la pérdida de apetito y por ende una ingesta limitada de alimentos, pérdida de memoria, alteraciones del sueño, lo cual llega a interferir en tareas cotidianas que son necesarias para la supervivencia.

Es importante tener en cuenta que la depresión puede empeorar ciertas enfermedades (hipertensión, problemas cardiacos, diabetes, etc) que pueden haber sido preexistentes a la vejez y aun complicar cualquier problema de salud que se presente como producto de esta etapa de la vida.

La familia ocupa un papel decisivo a la hora de resolver una depresión, aunque dadas las circunstancias, es importante contar con la orientación de profesionales en salud mental en el área geriátrica, ya que es necesario tener una guía y recursos para ayudarle al adulto mayor a afrontar la depresión.  Es necesario tener en cuenta que en varios casos es necesario el apoyo farmacológico, ya que también el cerebro sufre muchos cambios que pueden estar relacionados con la depresión, siendo esto parte de la causa.

La familia puede ser quien sirva como red de apoyo y quienes provean las interacciones de calidad, que evitaran el aislamiento y la soledad, además como los principales en brindar apoyo económico cuando existen limitaciones.

Son también quienes están más cerca para poder presentar posibles respuestas a las limitaciones que se presenten producto de esta etapa, siendo capaces de buscar soluciones efectivas partiendo de toda la información que tiene sobre personalidad, características, gustos, etc, del adulto mayor.  Son quienes pueden hacer sentir al adulto mayor incluido y fortalecer su autoestima.