A ver, cómo les explico…

Creo que una de las percepciones erradas que tienen muchas personas es que tener una relación de pareja sana implica no tener desacuerdo o en todo caso ser capaces de ignorarlos, estar de acuerdo en absolutamente todo, no tener problemas, vivir bajo un consenso permanente que haga que todo sea absurdamente fluido, entre otras cosas que son utópicas.

Me atrevería a decir que no hay mejor forma de saber si estamos o no en una relación sana que cuando tenemos algún desacuerdo, enojo, o problema que resolver.  Es aquí cuando medimos la capacidad que tenemos de resolver de forma efectiva, de ser empaticos, de priorizar, de negociar, de afrontar, etc., que son esos «pequeños detallitos» imprescindibles para una relación sana y, por ende, fuerte.

Así que aquí les dejo varias preguntas y respuestas de cómo funciona eso de tener problemas, por cotidianos que sea, y la forma de resolverlo en una pareja sana.

¿Por qué se dan los problemas que usualmente hace que una pareja termine?

Usualmente los problemas de pareja se dan, en su mayoría por cuestiones muy cotidianas.  Estas cosas diarias están constituidas, en ocasiones, por aspectos relacionados a la convivencia en si y en otras ocasiones por situaciones que son fuente de estrés para la pareja (enfermedad, problemas económicos, muerte de un familiar cercano, etc.)

Cuando se trata de factores de cotidianos, son pequeños detalles, el problemas es que suelen ser sumamente desgastante porque son “detallitos” que suceden 24 horas al día y 7 días a la semana, para los cuales no se negocia y, por lo tanto, tampoco se llega a un consenso.  Aquí muchas veces juega un papel importante las aseveraciones de alguno de los miembros de la pareja, como “es que en mi casa se hacia así”, “es que a mi me gusta que las cosas estén así”, “ es que esto es mio, no tuyo”, entre otros.

En el caso de los problemas que son situaciones que están diseñadas para generar estrés y que ya mencione, usualmente el problema surge cuando uno de los 2 se aísla como método para afrontar o tratar de evadir la situación, cuando no hay apoyo de su pareja, cuando no hay voluntad o intención de salir de la situación como una pareja, sino que por el contrario se toma una posición muy individualistas.

Sin embargo, considero que sin importar cual de las 2 situaciones anteriores estén presentes en una pareja, en muchas ocasiones desconocemos o solo ignoramos las diferencias evolutivas que hay en el cerebro de un hombre y una mujer; producto de esto derivan muchísimas situaciones problemáticas, porque “ella o él no me entiende”, “porque ella o él no siente lo mismo que yo”, “porque ella o él nunca entiende lo que le digo o no le importa”, “porque ella o él siempre considera que no es suficiente lo que yo hago”.  Cuando conocemos un poco las diferencia evolutivas que existen entre el cerebro de un hombre y una mujer, hay muchas situaciones que se vuelven sumamente sencillas, por ejemplo saber que nosotras hablamos de “como nos sentimos” y los hombres no entienden el mensaje de esa forma, ya que ellos hablan “ de hecho y entienden hechos”, que nosotras cuando contamos algo que nos duele o nos molesta “queremos que nos escuchen callados”, ellos cuando lo hacen es simplemente porque “no saben cómo resolverlo y consideran que Ud. podría tener la respuesta”.

¿Los problemas se evitan o se afrontan?

Siempre deben hablarse, pero con el objetivo claro de llegar a una conclusión al respecto, para que el mismo hecho no se repita nuevamente, no para que ninguno de los 2 vuelva a cometer un error, pero por lo menos que no sea el mismo.  Si es importante tener en cuenta que muchas veces la persona esta demasiado molesta para escuchar con atención o plantear alguna solución, en ese momento lo mejor es dejar que el enojo se procese y luego tocar el tema, que mientras estamos enojados somos capaces de decir cosas sumamente ciertas de la peor forma posible.

La situación que genero malestar en nuestra pareja no debería ser minimizada, debemos abstenernos de hacer comentarios como «si es una tontería por lo que te enojaste», para empezar si realmente la consideramos una tontería ¿por qué no cambiarla y ya?, además si es alguien que queremos, las cosas que le afectan deberían ser importantes para nosotros.  Es de esta mutua comprensión y la capacidad de ponernos en los zapatos del otro que surge la negociación, donde «yo cedo esto y el otro esto».

¿Es necesario recurrir a una tercera persona para encontrar solución a cada problemática?

En ocasiones si, pero solo después de que la pareja ha tratado todo lo que estaba en sus manos hacer.  Sin embargo, esta persona no puede convertirse en el negociador permanente entre ellos y por eso precisamente se recomienda buscar a un profesional, ya que si es un familiar o amigo están sus sentimientos de por medio y no es imparcial, por muchas buenas intenciones que posea.  Incluyendo en la terapia de pareja, son quienes conforman la pareja lo que deben aprender a entenderse, no solo mientras el terapeuta esta enfrente, ni solo mientras acuden a terapia, sino a solas y estar bien sin acudir a terapia permanentemente.

¿Cómo se puede llevar una relación más sana?

Desde mi punto entendiendo varias cosas, como por ejemplo que no todo debe ser llevado a un consenso, hay cosas o decisiones que son MÍAS, cosas o decisiones TUYAS y cosas o decisiones NUESTRAS, por ende se debe aprender a colocar cada una en el circulito que le corresponde y respetarlo, así logramos entender que no tenemos que estar siempre de acuerdo en todo.

Otro de los trucos es entender que para formar una pareja se necesitan 2 adultos, por ende ninguno debe tratar al otro como a un niño o a un adulto poco facultado, ya que si uno de los dos se hace cargo del otro constantemente, no jugaran el necesario papel de socios, sino que se convierte en una carga que termina agotando.

¿Qué no debe faltar en una relación sólida?

Comunicación, no solo cantidad sino calidad.  Comunicación no hace referencia a cuanto son capaces de hablar, si no que tanto son capaces de entender o dar a entender.

Confianza, no ciega y absurda.  Confianza de que esta persona toma las decisiones que toma siendo el adulto que es, así que no tendría porque andarlo vigilando para que se comporte.

Respeto.  Su pareja es otra cabeza, por ende no tiene porque hacer las cosas de la misma forma que Ud. ni tener la misma percepción de las situaciones que Ud.  Esto no quiere decir que tenga un mal criterio, quiere decir que tiene uno diferente.

No hacer de la pareja un proyecto.  La relación no debe basarse en “lo feliz que me haría si ella o él cambiara esto, esto, esto, esto”.

Las relaciones que funcionan son las que uno trabaja para que funcionen, por lo menos se quema todo lo que está en sus manos.  Una pareja es como una casa, cuando se quema un foco en la casa no nos mudamos de casa, si no vemos la forma de cambiar el foco quemado, igual debería ser nuestra pareja, si hay algo que no le gusta haga su 100% para solucionarlo, y no se vaya hasta haberlo hecho.

 

Una relación de pareja no debe estar bien solo cuando todo lo que la rodea está bien, una relación sana está bien a pesar de que lo que la rodea no sea el escenario ideal.