A ver, cómo les explico…
La adolescencia es una de esas etapas llena de retos, no solo para los jóvenes sino también para sus padres. Es esa etapa donde, en muchas ocasiones, a los jóvenes se les otorga los mismos derechos de un niño, pero las responsabilidades de un adulto, sin ser por completo ninguno de los dos y es precisamente por eso que la conocemos como una etapa de transición.
Suele suceder que durante este período lleno de cambios, los adolescente tienen muchas dudas, aun sobre cosas que antes parecían claras. Precisamente por esto es un periodo de reestructuración, de la cual, se puede obtener muy buenos resultados si las dudas y varias conductas se logran encausar de forma efectiva, ayudando a este adolescente a convertirse en un adulto con criterio, autoregulación, informado, etc.
Durante esta etapa muchos padres quisieran poder aislar totalmente a sus hijos de situaciones o información con contenido sexual ya que consideran que aun no son capaces de manejar, claro que para lograr esto seria necesario bloquear cualquier señal de internet cercana, deshacerse de todo celular, prescindir de televisión, etc… Y aun así quedaría sin resolver qué hacer cuando tenga contacto con otros adolescentes que cuentan con un arsenal de todo lo mencionado y toneladas de curiosidad; por lo tanto, esta suele ser una táctica muy poco viable. Si nos olvidamos de como nos gustaría que fueran las cosas y partimos de «como son», ¿cómo podríamos mantener a los adolescente lejos de cualquier contenido que no consideremos apto para ellos? Y en todo caso ¿cómo podrían aprender a manejarlo sin en algún momento estar expuestos?. Creo que aquí es donde muchos se ven en la necesidad de buscar equilibrio entre todos estos factores.
Entonces, partiendo del escenario real, hay cosas que hacen una diferencia para que estos adolescentes vaya adquiriendo las herramientas necesarias para autogestionarse con éxito y son los padres quienes proveen la mayoría de estas herramientas.
Para esto es necesario, primero estar dispuestos a hablar sobre sexualidad y todas sus variables, además aprender a poner cara de jugador de pocker durante estas conversaciones. Como ya mencionamos es una etapa de muchísimas dudas y curiosidad, eso motiva a los adolescentes a buscar información, en muchas ocasiones en los lugares o personas inadecuados, precisamente por esto es de vital importancia que ellos sepan (por medio de la experiencia) que pueden acercarse a Ud para hablar de cualquier tema y sentirse en libertad de realizar cualquier pregunta, así que Ud debe mostrar apertura y sobre todo estar informado, que su hijo sepa que existe ese puente de comunicación entre él o ella y Ud, no importa si decide cruzarlo o no. Y es para esto que también necesita aprender a poner cara de jugador de pocker, ya que muchos adolescente rehuyen de preguntar sobre temas relacionados con sexo a sus padres por sentirse juzgados, así que «mantenga la calma y ponga cara de que no pasa nada».
Al estar hablando de adolescencia, curiosidad, sexo y dudas, no podemos omitir el tema de la pornografía que suele ser bastante frecuente en los adolescentes. Antes quiero mencionarles que todos los seres humanos asignamos constantemente, aun de forma inconsciente, motivaciones a las conductas de todos los que nos rodean, por ende cuando los padres descubren que su hijo ha estado viendo pornografía suelen inmediatamente asustarse, sentir miedo y molestarse, por las motivaciones que le asignan a está conducta, aun más que por la conducta en sí. Si esto llega a pasar, recuerde que Ud. está juzgando a su hijo con el marco de referencia de un adulto y asignándole las motivaciones que tendría un adulto, no un adolescente. Tenga en cuenta en estos momentos que, en nuestros tiempos, todos estamos expuestos a la pornografía sin siquiera tener que buscarla, solo hace falta navegar en internet para que aparezca tarde o temprano una ventana o tener un celular para que llegue un mensaje de «marca *00 para poder ver lindas mujeres», sumemos a estos factores la curiosidad, y el resultado es bastante obvio.
Es por esto que los padres deben ejercer control sobre el material al que sus hijos están constantemente expuestos, no con el objetivo de ser siempre ellos los que supervisen y decidan, si no con el fin de que sus hijos vayan interiorizando estos parámetros y se convierta en autocontrol. ¿Cómo se logra esto? Lo primero es dándole información al adolescente de porque tal o cual conducta puede ser dañina, es información no es «porque yo digo, porque aquí se hace lo que yo digo, porque es malo y punto, etc.», información es por ejemplo informarse y explicarle como el consumo de pornografía puede desviar de la realidad la idea que tiene de vida en pareja, sexualidad y de la conducta sexual, todo esto en palabras que este en capacidad de comprender según su nivel de madurez.
Recuerde que ya no es un niño, pero aún está aprendiendo a ser un adulto.
• Columna en colaboración para Revista Crecen •