A ver, cómo les explico…

Me han repetido innumerables veces, «Dina ¿pero la vida es siempre así de difícil?» y mi respuesta siempre es «la vida no es difícil, al contrario, lo que pasa es que nos gusta complicarla casi que por hobby». Cuando nos analizamos un poco, en la práctica, casi podríamos asegurar que nos molesta que las cosas solo fluyan o que parezcan sencillas, y como si eso fuera poco en vez de asumir nuestra tendencia al enchibolamiento la atribuimos a la Vida, haciendo  aseveraciones que aseguran que no somos nosotros los complicados, la Vida es la complicada.

Hoy les voy a plantear varias muestras de que tan sencillas son las cosas, para que de ahora en adelante sepa que si se las complica es por su propio gusto.

«Todo se termina». ¡Así de fácil! No hay amor eterno, amigos para siempre,ni males o felicidades interminables. Así funciona, porque ninguno de nosotros somos eternos, nos acabamos, dejamos de estar en algún momento. Entonces ¿por qué estar tan preocupados de que nos prometan o prometer para toda la vida? En todo caso para toda la vida de quién y toda la vida es cuánto.

«Aprenda de la lista de los  criminales más buscados, que si te quieren te buscan». Recuerdo que una vez leí una frase que decía «nunca corra atrás de una mujer, un hombre o un autobús, que cada 5 minutos pasa otro», y así debería ser, no tendríamos porque ser quienes constantemente estamos corriendo atrás de algo o de alguien. A veces nos empeñamos en forzar las cosas, en obligar, en vez de dejar que fluya. No estoy diciéndoles que no vayan tras quien quieren, les estoy diciendo que le den libertad al otro de que quiera acompañarlos, de que quiera estar, en vez de convertirse en un acosador.

«No todo es tan fácil como engordar». Todos somos amateurs, porque la vida es tan breve que no da para mucho más que eso. Por ende las cosas no siempre son fáciles, pero no se queje, que precisamente la satisfacción que obtenemos de lo que hacemos es directamente proporcional al esfuerzo que le ponemos.

«Cuando le digan te quiero, no se le olvide preguntar ¿para qué?».  Yo creo que si algo confundimos con muchísimas otras cosas, es el amor. Creo que también perdemos gran parte de nuestro tiempo asumiendo las intenciones del otro y usualmente las juzgamos en base a las nuestras, por eso pruebe un método super super novedoso, efectivo y científicamente comprobado, el método de… ¡PREGUNTAR!.

«La misma agua que endurece un huevo, ablanda a una papa». Este es uno de los mayores ejemplos de que no son las circunstancias las que nos definen, si no de que estamos hechos.  Así que, qué tal si de ahora en adelante dejamos de hecharle la culpa a la situación y mejor nos preocupamos por demostrar de qué estamos hechos.

«Sí pasáramos tanto tiempo negando nuestros errores, podríamos aprender de ellos».  Han puesto atención alguna vez a que cuando alguien, como parte de cualquier conversación menciona algo que nosotros sabemos que es uno de nuestros defectos, en vez de sencillamente decir «tenes razón», inmediatamente nos sentimos en la necesidad de negar lo hasta la muerte. Haga la prueba y antes de solo responder, en posición de ataque, deténgase a pensar si su interlocutor solo está señalando algo verdadero sobre Ud. y si le molesta, en vez de tener toda una argumentación al respecto, mejor dediquese a hacer algo al respecto para mejorar.

La Vida no es complicada, nosotros lo somos… Al final nuestra única tarea es ser felices, hasta el punto de llegar a creer que si estornudamos nos va a salir confeti.

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• Columna en colaboración para eseveHOY.com•