A ver, cómo les explico…

La semana anterior, el 10 de septiembre, para ser exacta, fue el «Día Mundial para la Prevención del Suicidio» y esa es la razón por la cual escribí la primera parte de este artículo y, como les prometí, continuo hoy con la segunda parte.

Aquí voy con otros de los «malos entendidos» que suelen ser más frecuentes sobre el suicidio:

  1. Si quiso suicidarse una vez, va a seguir tratando. Esto tampoco funciona así, en muchísimos casos la idea del suicido es producto de una situación determinada, que como les menciono tiene fecha de caducidad (como todo en la vida).  Precisamente esta es parte vital del tratamiento o abordaje, solventar la situación que genera todos estos sentimientos sumamente negativos y sobrecogedores, que llevan a la persona a pensar que la única forma de que paren, que se detengan, de tener paz, es terminando con su vida.  Las ideas suicidas pueden volver en determinados momentos durante el tratamiento, sin embargo, también debe quedar resuelta la fuente del malestar y la personas debe haber adquirido durante el tratamiento nuevas herramientas que le permiten abordar otras situaciones de forma diferente.
  2. Si se intento suicidar una vez ya no va a tratar.  Lamentablemente esto tampoco funciona de esta forma, ya que como les mencione en el punto anterior, es necesario resolver la fuente del malestar y por eso es que es tan importante que estas personas busquen ayuda profesional.  En ocasiones, cuando la personas ha intentado quitarse la vida, y ya sea por razones fortuitas o porque recibió ayuda de alguien a tiempo, puede aun recuperarse, tomar fuerzas y volver a intentarlo, y en esta segunda tentativa suelen ser más efectivos que en la primera, ya que posee más conocimiento, están más fuertes y en algunos casos hasta son más capaces de planificar.  Es precisamente por esto que se vuelve tan necesario resolver la fuente de estas ideas, de lo contrario solo se postergaran las ideas, lo cual no resuelve nada.
  3. Nunca dio señales. Siempre hay señales, lo que pasa es que precisamente al ser un tema del cual no se habla es poco o ninguna la información que tenemos al respecto, por eso no sabes donde observar, ni que observar.  En la mayoría de casos hay señales, ya sea por lo que dicen o por lo que hacen, hasta en los suicidios que parecen abruptos hay señales que fueron menos evidentes aun,  como cambios de humor, falta de motivación o planes a futuro, mucho pueden empezar aun a regalar sus cosas o despedirse, entre otros.  Es importante informarse recurriendo a un profesional y planteando el caso.
  4. El que se va a suicidar no lo anda diciendo. Esto no es así, ya que las personas que tienen llegan a ver el suicidio como su única opción tratan de hablarlo, no deberíamos descartarlo o pensar que simplemente están «tratando de llamar la atención», lo necesario en estos casos es incentivarlos a buscar ayuda, aún tomarnos el tiempo de escucharlos, con paciencia, sin emitir juicios para ser capaces de plantear otras opciones como la terapia.

Recuerden, el suicidio es un problema real, que toca a muchas personas, sobre todo el países como el nuestro, así que es un problema de todos y, por ende, todos podemos ser un poco de solución.