A ver, cómo les explico…

Recibir un diagnóstico de cáncer dentro de la familia es muy doloroso, abrumador, ocasiona miedo, entre otros muchos sentimientos desagradables; no solamente a la persona que está siendo diagnosticada, sino también a su familia.  Debido a esto las personas cercanas al paciente suelen querer ayudar, sin saber exactamente cómo hacerlo y esto, en varias ocasiones, los lleva a tomar medidas poco acertadas, a pesar de estar motivados siempre por las mejores intenciones.

Considero que esta es una de las situaciones donde se aplica el “está bien no estar bien”, y esto aplica para todos los involucrados, desde quién recibe el diagnostico, hasta sus familiares o seres queridos.  ¿Qué implica esto? Pues entender que la tristeza, desesperanza, frustración, sensación de injusticia, confusión, y hay que dar espacio a todo esto, en vez de negarlo o tratar de ignorarlo deberíamos afrontarlo y entender que es parte del proceso para estar bien, fuertes y en todo caso poder enfrentar las fases que viene o dar apoyo a nuestro familiar durante el proceso.

En muchas ocasiones no permitimos que el paciente manifieste como realmente se siente, llegamos al punto de hasta censurar lo que nos dice, hacemos comentarios como: “tu no podés estar triste”, “No llores, tienes que ser fuerte”, “no te podés dar por vencido”, “tienes que pensar siempre que todo va a salir bien” y esto solo logra que el paciente se sienta más inadecuado de lo que ya de por si implica su situación.  Debemos aprender a entender que está bien y es natural sentir otras cosas, y precisamente se vuelve necesario y hasta urgente estar consciente de estos sentimientos e ideas para poder entonces tratarlas, enfrentarlas; lo cual no es posible si enfocamos toda nuestra energía en hacer como si no existieran. Por ende, tenemos que sentirnos y dar la libertad de “tirar la toalla” sabiendo que el día siguiente continuaremos; de sentirnos tristes y decepcionado confiando a la vez en que mañana recuperaremos las fuerzas, entender que ser fuerte es llorar cuando se siente triste, pero decidir seguir a pesar de la tristeza.

Una herramienta muy útil, tanto para el paciente, como para sus familiares es la información.  Suele suceder que en ocasiones tanto el paciente como la familia suele quedarse con muchas dudas sobre el diagnostico en sí, sobre el tratamiento o sobre qué esperar de cada fase, esto hace que la ansiedad en todos los involucrados aumente y haga el proceso más difícil de lo necesario, por eso es sano anotar las preguntas que desea hacerle al médico a cargo o a cualquier otra persona involucrada en el proceso. La información ayudara a disminuir la ansiedad.  Sin embargo, recuerde que cada caso es diferente y ahí radica la importancia de buscar información en las personas que conocen el caso del familiar y sus características.

El estado emocional y psicológico es de vital importancia un pronóstico favorable, ahí radica gran parte de la importancia de la red de apoyo (familia y amigos) en el tratamiento.  Recuerde: “el cáncer es un diagnóstico, no una sentencia de muerte”.